LA PRUEBA DEL MÉTODO CLIL NO ENGAÑA


Ya hace 5 meses que volvimos de nuestra enriquecedora experiencia en la maravillosa ciudad de Oxford, y parece que fuera ayer mismo cuando, rodeado de maestros de Primaria de diferentes lugares del mundo, aprendí las técnicas que hoy estoy aplicando con mis alumnos.

El British Study Centres de Oxford, situado en el mismísimo centro de la ciudad, fue el lugar donde, durante dos semanas, un grupo de 10 maestros de Primaria de diferentes puntos del mundo, pudimos compartir vivencias profesionales, todas ellas de realidades muy distintas. Y, no solo aprendimos los unos de los otros, ya que el motivo que nos llevó a todos a encontrarnos la segunda quincena de Julio en tan emblemática ciudad, fue el curso “An Introduction to CLIL: Content and Language Integrated Learning”, donde pudimos aprender una variedad de técnicas y recursos para modificar el enfoque de nuestras clases, teniendo en cuenta aspectos tales como, edad de los alumnos, cantidad de alumnos por clase, realidad social del alumnado, recursos materiales… y todo ello desde el punto de vista de las diferentes asignaturas del currículum.

Durante la primera semana, y los tres primeros días de la segunda, pudimos disfrutar de un amplio abanico de actividades para implementar en nuestras clases, cuentacuentos, teatro, dictogloss, juegos… todo siempre desde un punto de vista CLIL, y con el enfoque de diferentes áreas, con la idea de que si abordamos los contenidos desde diferentes asignaturas, es más fácil que el alumno asimile los contenidos, que si estancamos cada contenido dentro de una sola asignatura. Los últimos 2 días los empleamos en exponer y llevar a cabo las pequeñas sesiones que, por parejas, habíamos preparado durante los primeros días de la segunda semana.




En definitiva, el curso resultó ser una experiencia muy enriquecedora, que nos permitió aprender nuevas técnicas, además de compartir momentos y experiencias con profesores de diferentes partes del mundo, y todo ello sobre el inmejorable escenario de la ciudad de Oxford. Una experiencia para repetir.

En este mismo sentido, no hay mejor manera para comprobar que algo funciona que la de ponerlo a funcionar. Y muestra de ello han sido los 5 meses de clase que han transcurrido desde el inicio de curso al que llegué empapada de todo lo aprendido durante el mes de julio en la formación ‘Secondary CLIL’ en Oxford.




¿Los beneficiarios de esta experiencia? Mis alumnos, mis compañeros, el propio centro; pero –sobre todo- YO. Y es que mis clases ya no han vuelto a ser las que eran. Ahora, cooperación, flexibilidad, interacción y autonomía son las principales características que en ellas se respiran.

El haber acercado esta metodología al aula ha significado para el alumnado: motivación, mejora de la memoria a corto plazo, el desarrollo de destrezas en comunicación así como en el trabajo en equipo. En cuanto al Centro, ha implicado añadir valores, un impulso hacia un aprendizaje más divertido, la colaboración entre todos los miembros de la comunidad educativa y el favorecimiento del aprendizaje del propio profesor. Este último beneficio se potenció gracias a un curso impartido a los docentes de Dominicas en el que compartí las prácticas y materiales más interesantes estudiados en Oxford.










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